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Siempre igual

Opinión / Educación / Política

Cada inicio de año lectivo es recurrente en la provincia de Buenos Aires a lo largo de los últimos años, donde luego de cortas y prolongadas conversaciones no se llega a ningún acuerdo salarial en paritarias y los gremios docentes adoptan medidas de fuerzas.

Estas huelgas siempre tienden a perjudicar a los alumnos, ya que más allá del justo reclamo de los maestros por sueldos dignos, son los chicos estudiantes a quienes se prohíben tener días de clases.

Ex Esc. Nro. 5 (32 esquina 5) - 25 de Mayo
La válvula de escape siempre es la misma, sin que los pequeños logren entender las diferencias de los mayores.

La problemática se divide claramente en dos partes:

Una, los magros salarios que reciben los maestros, lejos del nivel que se merecen por el verdadero rol formador que tienen.

Otra, el falso discurso político, ya que el gobierno ofrece incrementos de salarios muy por debajo del costo de vida real, lo que reduce arbitrariamente el valor adquisitivo de los trabajadores estatales.

La confusión en la mayoría de las familias por saber si sus hijos inician o no las clases resulta generalizada –sobran ejemplos en 25 de Mayo-, ya que de acuerdo al gremio al que se encuentra adherido el docente es la prolongación de la huelga.

Incluso, se produce alguna particularidad en la que una maestra no responde a ninguna representación sindical y de manera unipersonal acude a su lugar de trabajo, lo que origina aisladamente el dictado parcial de clases.

La medida de fuerza previsible desde semanas atrás, afectó a alrededor de 6 millones de estudiantes en todo el país por ser una huelga nacional de hasta 3 días. Por eso es incongruente decir que a los maestros no les importa la situación, cuando sus propios hijos están afectados.

Este paro de maestros pone en jaque los esfuerzos del gobierno nacional por limitar los aumentos salariales, impulsados por una de las mayores tasas de inflación del mundo.

La administración de la presidenta Cristina Fernández recomendó unilateralmente a las provincias otorgar un aumento piso del 22 por ciento en cuotas a sus maestros, luego de pedir mesura en las negociaciones salariales.

Las huelgas suelen ser habituales durante el período de negociaciones salariales en Argentina, que comienzan todos los años en enero y pueden extenderse hasta junio.

Pero las tensiones entre los sindicatos y Fernández se profundizaron este año, con la inflación acelerándose y la economía dando señales de agotamiento tras expandirse a tasas similares a las de China durante años.

La educación en Argentina no solo necesita de cantidad sino primordialmente de calidad, en medio de un decadente sistema que en corto plazo redundará en drásticas consecuencias.