Política / Opinión
Observar el estado del obrador de la ruta 40, al ingreso de 25 de Mayo, es síntoma de la decadencia y falta de consideración ante la ilusión de muchos por ver inaugurada esa obra.Todos los últimos gobiernos municipales se hicieron eco de la importancia de tener, de una buena vez, el asfalto hasta Martín Berraondo y mucho más adelante llegar a Norberto de la Riestra, pero siempre el desinterés político de la Nación y de la Provincia hizo que se desmoronaran los intentos.
Obrador en Acceso Moisés Lebensohn |
Desde hace una década que hay gestiones, tratativas y promesas, la mayoría inconclusas, pese a la movilizante alegría que provocó el comienzo de obras unos tres años atrás y su paralización definitiva hace un año.
Está documentada la continuación de la ruta por acuerdos entre las empresas y las administraciones Cristina Fernández / Daniel Scioli, pero la fecha es tan incierta como los años demorados hasta aquí. Hay instancias legales que ralentizarán toda eventual reanudación.
No sólo que se pierden parte de los trabajos hasta ahora realizados, sino que pasan generaciones sin ver la comprometida ruta, de vital interés en lo social y económico.
Obrador desmantelado |
La esperada ruta 40 siempre fue “caballo de batalla” en lo político para demostrar quien tenía más injerencia en el plano local, provincial o nacional, pero hasta ahora nadie logró demostrar esa influencia necesaria para que las partidas presupuestarias definitivamente lleguen a quienes corresponden.
Siempre hubo otras prioridades de la dupla Fernández / Scioli, lo que se entiende desde el momento en que la zona veinticinqueña comprometida puede que no les represente volumen de votantes.