Sociedad / Opinión
En las desgracias, salen a la luz las penurias ajenas.La inevitable naturaleza mantuvo en vilo a 25 de Mayo con una fuerte tormenta de inusitadas características.
Sin ser técnicamente tornado, ni huracán, ni ciclón, las ráfagas de viento superaron los 100 kilómetros y rompieron con todo a su paso.
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| Destrucción de planta recicladora |
Resultó falsa (mito) la teoría imaginaria de que como la ciudad está geográficamente en un pozo, era imposible que fuera afectada por frentes con los detalles soportados el jueves al anochecer.
El común denominador fue el 'miedo' de miles de habitantes por los destellos de los relámpagos, el ruido ensordecedor de los truenos, la intriga por la lluvia y principalmente lo dantesco del viento.
Todavía se suman los esfuerzos de las autoridades para cubrir lo más urgente, no alcanzan las palabras de agradecimiento para los Bomberos Voluntarios, destacar la premura de Defensa Civil, ver a cuadrillas de empresas privadas buscando cumplir a destajo sus responsabilidades y además se complace remarcar el comportamiento adulto de la mayoría de los habitantes.
Muchos de los damnificados actuaron correctamente a la espera de la ayuda o salieron verdaderamente despedidos a buscarla, y otros buenos vecinos actuaron aportando lo que podían para extender la mano solidaria.
Lamentablemente están los menos con actitudes reprochables, como reclamos desmedidos frente a otras necesidades verdaderas o las remarcaciones alcistas en negocios para con los precios del agua mineral y de las velas.
No es lo mismo haber perdido el techo de una vivienda a que todavía exista una rama colgada en la puerta de una casa.
Un gigantesco apagón trajo falta de agua corriente, todo se va normalizando lentamente, pese a la calamidad que sufren algunas familias por el corte reinante sectorial en el suministro de luz.
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| Planta arrancada en el parque de la laguna |
Son momentos en los que se requiere de lucidez, ubicación y paciencia, sea política, comercial o simplemente ciudadana. Nadie murió, y esto resucita todo lo demás.
Se volaron chapas, se cortaron cables, se arrancaron árboles, o sea una situación inimaginable, casi una película de terror. El ser humano contribuye mucho al cambio climático, pero sólo sabe Dios si esto tiene que ver con la inconducta de los poderosos y el contagio a las nuevas generaciones.
Obviamente hay dolor por los que sufren, pero también infinitos gestos de agradecimiento por momentos superados entre todos.
Finalmente, creemos haber aportado un grano de arena desde la redacción de “Diálogos”, ya que a tiempo real se cubrió el fenómeno climático que afrontó 25 de Mayo y decenas de lectores usaron nuestro servicio desinteresado para saber de la realidad de familiares y amigos.
Celebramos la comunicación concebida desde el respeto informativo.
